A solo 5 días para la primer triatlón oficial de la temporada no paran de surgir imprevistos. No estoy al 100% de mis posibilidades físicamente, ya que llevo un par de semanas sin correr con continuidad, no porque me falten ganas, sino por diferentes molestias en mis queridos músculos (habrá que analizar el origen del problema). Psicológicamente estoy mas fuerte que nunca para hacer un buen papel y salir a morder, muchas horas de entreno e ilusiones depositadas en esta prueba del Trofeo Rector de la ULPGC.
No pudiendo realizar los entrenos pactados para el finde me conformé con "dar la vuelta a la isla" en coche y en bici en los tramos que el dolor me permitía por el hecho de no estar parado el fin de semana. Fue duro el momento en el que me retiré del entreno el sábado en la mañana, gracias a los compañeros de sufrimiento por los ánimos recibidos. Total que tras una larga reflexión decidí desconectar el tiempo restante allá por la Aldea.
Tras la foto unos cuantos nos fuimos al albergue y otros tantos al hotel, para almorzar y luego bajar a la playa a darnos un bañito y reponer fuerzas para el día siguiente. En el albergue tuvimos una convivencia muy divertida que sin duda se resume en la frase siguiente "ya podían haber pecado de confianza y lavar la loza"
Al día siguiente y después de una noche de historias y chistes... subí en coche el Andén Verde para bajarlo en bici, y después hacer lo mismo con el Risco, todo un entreno de calidad.
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